Hoy no vengo a vencer tu cuerpo, oh bestia llena
de todos los pecados de un pueblo que te ama,
ni a alzar tormentas tristes en tu impura melena
bajo el tedio incurable que mi labio derrama.
Pido a tu lecho el sueño sin sueños ni tormentos
con que duermes después de tu engaño, extenuada,
tras el telón ignoto de los remordimientos,
tú que, más que los muertos, sabes lo que es la nada.
Porque el Vicio, royendo mi majestad innata,
con su esterilidad como a ti me ha marcado;
pero mientras tu seno sin compasión recata
un corazón que nada turba, yo huyo, deshecho,
pálido, por el lúgubre sudario obsesionado,
¡con terror de morir cuando voy solo al lecho!
Si te gustó no olvides compartir seleccionando en el botón de aquí abajo el servicio en el que quieres compartir:
Cualquier comentario o sugerencia pueden ponerlo aquí abajo o escribir a:
melekh.ein.sof.istar@gmail.com
También puedes seguirnos por:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar, esperamos que vuelvas pronto.