Sangre de mi azufre
De mis noches vomitada
Por misma daga cortada
Del firmamento que sufre
En tus ojos se derrama
Y se derrite, mas lumbre
En tu rostro se declara...
Y alumbras mi senda, oh hermana
Y apagas mis sueños pues nada
Detiene tu paso y mis llamas
Haces arder y en mi cama
Robas ilusiones vanas
Para hacerlas florecer
En mi horizonte de plagas...
Tu carne, la mía, me llama
Tu frente severa y serena
Se acuna en las fauces que esperan
El momento de la furia
Y haces caer como lluvia
Cada trozo de lujuria
De valor, de sed, de pena
En el cáliz de mis penas
Y cada vez lo reclamas...
Tan fuerte que se desangra
Mi vientre por verte en la cima
¡Joya de averno divina!
deidad floreciente y tan mía
como tuyos mis sudores
aquellos que en vez de flores
te obsequio cada mañana...
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